La leyenda de la flor del ceibo
Fernan Silva Valdés
Me lo dijo un indio viejo y medio brujo
que se santiguaba y adoraba al
sol:
" Los ceibos del tiempo en que yo era niño
no lucían flores rojas
como hoy.
Pero una mañana sucedió el milagro
-es algo tan bello que cuesta
creer-;
con la aurora vimos al ceibal de grana,
cual si por dos lados
fuera a amanecer.
Y era que la moza más linda del pago,
esperando al novio
toda la velada,
por entretenerse se había pasado
la hoja del ceibo por
entre los labios.
Entonces los ceibos como por encanto,
se fueron tiñendo
de rojo color. . ."
Tal lo que me dijo aquel indio viejo
que se santiguaba
y adoraba al sol
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